¿Quieres niños geniales? Juega rudo con ellos

¿Quieres pasar un rato agradable con tus niños? ¿Fortalecer tus lazos con ellos? ¿Aumentar su capacidad de resiliencia y autocontrol? ¿Mejorar sus habilidades sociales? ¿Hacerlos más inteligentes? Entonces definitivamente tienes que “jugar pesado” con ellos.

Vivimos en una época en la que creemos que podemos controlar muchas cosas y pretendemos hacerlo. Por ejemplo, podemos tener un pequeño dolor de cabeza e inmediatamente buscamos calmarlo por medio de alguna droga (azúcar incluida). Nos sentimos deprimidos y tratamos de olvidar esa sensación evadiéndonos por medio de la televisión o el teléfono celular.

Con los niños han ocurrido situaciones similares. Crecen en un ambiente demasiado controlado que ofrece pocas oportunidades de desafíos que les otorguen un “estrés saludable” parte de la vida. Hay escuelas que han prohibido el juego y reducido los recreos porque creen que puede provocar comportamiento violento. Una escuela estadounidense prohibió el juego de las traes porque puede pasar fácilmente a un juego de golpes es en lugar de toques.  Tú puedes regalarle a tus hijos la oportunidad de enfrentar un desafío cada día. Y ni siquiera te va a costar un peso, jugar rudo con ellos te ayudará a conseguirlo.

¿Por qué jugar rudo con los niños?

De acuerdo al libro “The Art of Roughhousing” o “El arte de la crianza ruda” de Anthony DeBenedet y Larry Cohen, el juego rudo “hace a los niños listos, inteligentes emocionalmente, adorables y agradables, éticos, en buena forma física y divertidos”. Las razón no es mágica, a contiuación explicaré algunas situaciones típicas del juego pesado y como ayudan a tu niño.

Recuerdo que tendría unos cuatro años cuando me regalaron unos guantes de box, creo que fueron los reyes magos. Naturalmente trataba de usarlos todo el tiempo y a veces mi papá “peleaba” conmigo, recuerdo un día que lo “noqueé”. Supongo que ya se había aburrido del juego y se le ocurrió que fingir que le daba un buen golpe era una buena manera de terminar el juego. Por años creí que de verdad lo había noqueado y creo que eso me dio mucha confianza en situaciones futuras.

Es algo que los niños disfrutan

A la mayoría de los niños les gusta jugar pesado, lo hacen todo el tiempo, a veces parecen pequeños salvajes. Muchos padres temen que si permiten a sus hijos jugar “rudo” con ellos se pueden romper ciertos límites y confundir a los niños. La realidad no es así. El hecho de que dejes que tus hijos te monten como caballito no implica en su razonamiento una idea de superioridad como podría presentarse ante la mente del adulto.

El niño simplemente disfruta del juego y seguro esperará con ansias el momento en que llegue su padre a casa para poder montar sobre él, si te da mucho miedo que trate de controlarte todo el tiempo siempre podrás jugar a que tú eres el jinete y él el caballo, eso si, con mucho cuidado porque tu peso es mucho mayor. Ese cambio de rol es parte importante del juego pues tu hijo entenderá de una manera divertida que no siempre será él el que mande pero que ambos roles son igual de divertidos.

¿Cómo jugar rudo con los niños?

No es lo mismo que el niño se monte en el caballito mecánico del centro comercial a que se monte sobre ti por muchísimas razones. Tu podrás ponerle infinitas variaciones al juego, aprender que le gusta a tu niño y que teme, lo que te proporcionará información muy valiosa para el futuro. Podrás aumentar o disminuir el nivel de dificultad ponerlo en situaciones de “riesgo controlado” en las que tendrá que sacar lo mejor de si mismo para superar una prueba. En el plano de condición física será un ejercicio formidable para todo su cuerpo, tendrá que utilizar su fuerza en brazos y piernas para aferrarse a ti y su sentido del equilibrio para adaptarse a los cambios.

Otro juego interesante que mencioné en mi artículo sobre fuerza, es el de las luchitas. Es algo que a los niños les encanta y que casi siempre disfrutarán. Algo importante es que no siempre te dejes ganar, en la vida real tu niño no siempre será así. Deberá de aprender a perder y será bueno que algunas veces tú le ganes. Claro que para que sea divertido deberá parecer que te costó trabajo, no será muy motivador que lo aplastes fácilmente. Esto lo ayudará a ejercitar su “resiliencia” qué es la capacidad de superar situaciones adversas.

La clave está en divertirse

A los niños les encanta que los volteen de cabeza. Seguro eso será un muy buen ejercicio para ti. También jugar a que son un costal de papas o una pizza que tienes que amasar. ¡No te levantes del suelo! Este es un juego natural, papá o la mamá se acuesta en el suelo y ellos se enciman sin dejar que se pare. Una guerra de almohadas también es una buena oportunidad de jugar pesado con los niños. Los niños también pueden aprender sobre moral en este tipo de juegos. ¿Por qué? Dentro del juego habrá cosas que están bien y cosas que no se podrán hacer (picar los ojos por ejemplo). Hay estudios con animales que muestran que ratas bebés privadas de rudeza y ajetreo son más agresivas y carecen de habilidades sociales al llegar a la adultez.

De verdad que tu hijo será más inteligente

El juego pesado también hará más inteligente a tu niño. Según el psicólogo Anthony Pellegrini se puede predecir el éxito que tendrán los niños en el primer grado de la escuela, de mejor forma que con las calificaciones del kinder. Adivina como ¡Midiendo la cantidad de “juego pesado”!  Los neurocientíficos han encontrado que los retos del juego rudo en cerebros humanos y animales incrementan los niveles de una proteína llamada “Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro”. Esta proteína incrementa el crecimiento de las neuronas en las partes responsables de la memoria, lógica, y habilidades de aprendizaje. Cuando juegas con tu hijo lo ayudas a desarrollar su cerebro y mejorar su aptitud para el aprendizaje.

Ahora sabes que hacer la próxima vez que veas a tus niños. ¡Jugar rudo también es para las niñas! Recuerda que el mejor momento para iniciar es ahora. No le dejes todo a los maestros de la escuela, toma las riendas de la educación de tus niños.