Chimpancés y artes marciales: Viaje al origen de las artes guerreras.

Como practicantes de artes marciales en algún momento nos hemos hecho preguntas en torno al origen del arte marcial que practicamos, en general artes relativamente modernas y derivadas de sistemas más antiguos. Cómo artes relacionadas a lo militar, pudiera decirse que existen desde que el hombre hace la guerra. ¿Y eso desde cuándo es? Probablemente la respuesta sorprenda a algunos.

 

¿Es el hombre el único animal que hace la guerra? Les dejo una foto con una pista…

 

Si así es... Este chimpancé no es tan tierno como se ve en la foto.
Así es… Este chimpancé no es tan tierno como se ve en la foto.

 

Antes pensábamos que el hombre era el único animal que hacía la guerra, sin embargo está comprobado y documentado que nuestro pariente más cercano, el chimpancé, es el otro animal además de nosotros que también guerrea. Hombres y chimpancés son las únicas dos especies que coordinan ataques contra miembros de su propia especie. Esto no quiere decir que los chimpancés hagan artes marciales, sin embargo es interesante conocer un poco la guerra que hacen los chimpancés.

 

La “Guerra entre chimpancés Gombe” fue el primer conflicto documentado entre dos comunidades de chimpancés y ocurrió de 1974 a 1978. Los dos grupos formaban anteriormente parte de un grupo más grande, la investigadora Jane Goodall, dedicada a observar a esa comunidad comenzó a notar que los chimpancés se separaban en dos subgrupos. A partir de 1974 comenzó a haber ataques de machos de un grupo hacia miembros de la otra comunidad, al parecer para ganar territorio de los otros. Hay algunos investigadores que afirman que este tipo de guerras entre chimpancés son causadas por que la actividad humana ha dejado a nuestros primos con pocas regiones habitables, sin embargo un estudio concluyó que el impacto humano no puede predecir la cantidad de asesinatos por comunidad, esto quiere decir que de todas formas ocurren comportamientos violentos en los chimpancés.

En el vídeo podemos ver la excepción que confirma la regla, sin duda este chimpancé si hace artes marciales.

 

Hace 4.5 millones de años que nuestra línea evolutiva se separó de la del chimpancé, es probable que si tanto el hombre como el chimpancé comparten la característica de hacer la guerra, también el ancestro común de ambos lo hubiera hecho y es posible también que las guerras que hacían nuestros ancestros fueran parecidas a las que hacen ahora los chimpancés. ¿Cómo son? Un grupo de miembros van a las inmediaciones del territorio, buscan a un macho de la otra comunidad, generalmente uno que esté solo y lo atacan, a veces lo controlan entre dos mientras el otro lo golpea. Un asalto en pocas palabras.

 

La guerra en esos tiempos era el pan (aunque eran tiempos en los que no había pan) de cada día en las sociedades de cazadores-recolectores. ¿Por qué había guerra en este tipo de sociedades? Como ya mencionamos antes por territorio, de hecho hay investigadores que proponen que así se dio la expansión del hombre a la salida de África. Simplemente una tribu o tribus habitaban cierto territorio, crecía la población y de pronto ya no había lugar para todos. Entonces tenían que buscar otro lugar para vivir, sin embargo no lo hacían hasta el otro lado del continente, sólo donde hubiera territorio disponible quedando siempre latente la posibilidad de encuentros amistosos y no tan amistosos. De acuerdo al investigador Nicholas Wade, la idea de una sociedad primitiva pacífica es una mera ilusión, “la guerra en sociedades pre-estados era sin piedad y realizada con el propósito general, muchas veces conseguido de aniquilar al oponente” además menciona que los guerreros primitivos eran sumamente hábiles y cita varios ejemplos de encuentros con tropas de sociedades civilizadas en batallas abiertas en las que triunfaban a pesar de lo dispar del armamento. ¿Cómo lograban tal capacidad? Por medio de la práctica constante.

 

Este escenario de un día a día con conflictos y enfrentamientos constantes nos permite hacer otra reflexión interesante. Desde un punto de vista darwiniano de la supervivencia del más fuerte, los individuos y grupos menos aptos para la guerra fueron poco a poco extinguiéndose y nosotros somos descendientes de los mejor adaptados, entonces las actividades relacionadas con la guerra y la lucha están en nuestros genes más de lo que nos imaginamos. Cualquiera que conviva con niños se podrá dar cuenta de cuánto les encanta practicar sus habilidades.

 

¿En ese día a día nuestros ancestros ya hacían artes marciales? La respuesta obviamente es que no, es difícil pensar que los “guerreros” de esa época tuvieran algún tipo de código o sistematización del conocimiento que heredaran o que hicieran exclusiva de la clase guerrera.

 

Los códigos y el simbolismo característicos de lo que consideramos un arte marcial pudieron aparecer de la mano con otras características culturales, tales como la religión y el arte. En cuanto el hombre es capaz de dotar a un objeto o a una palabra una carga simbólica, también puede hacer lo mismo con algo tan cotidiano en ese momento como lo es la guerra

Muchas objetos de arte antiguo representan guerreros o instrumentos de guerra.
Muchas objetos de arte antiguo representan guerreros o instrumentos de guerra.

¿Cuándo la actividad de la guerra cotidiana comienza a tener tintes de arte marcial? Es probable que el cambio entre una guerra parecida a la de los chimpancés y una más ritualizada, sustentada en principios y valores del grupo fuera paulatino y a la par de otros cambios en la vida del hombre.

 

Son ARTES marciales… son algo más que guerra.

 

Al utilizar los occidentales la palabra “ARTE” para las actividades guerreras, agregamos una componente de apreciación estética. De manera que aunque el hombre hiciera la guerra desde su historia más temprana, es muy difícil pensar que el hombre hiciera algo parecido a lo que llamamos artes marciales antes de que el arte surgiera. ¿Cuándo surgió el arte? La respuesta no es tan fácil, se encontró hace poco una concha con 500,000 años de antigüedad que tiene grabada una especie de zig-zag, los expertos creen que está demasiado trabajada como para ser obra de un trabajo ocioso. Ésta pieza de arte no pertenece al homo sapiens, sino a uno de nuestros ancestros, el Homo Erectus. Hasta antes de ese descubrimiento el origen del arte se estimaba aproximadamente hace 100,000 años. No podemos saber en éste momento si nuestros antepasados elevaban la guerra que hacían a la categoría de arte, pero si es imposible pensar que hacían artes marciales antes de que hubiera cualquier tipo de manifestación artística. Y es curioso que muchos de las más antiguas piezas de arte aparecen en armas tales como hachas y lanzas, que sin duda se utilizaban para cazar pero seguramente también para actividades guerreras.

El hombre a luchado durante toda su existencia.
El hombre a luchado durante toda su existencia.

Las artes marciales se caracterizan por rituales, códigos de comportamiento, etc.

No es descabellado pensar que cierta ritualización de la guerra ocurriera a la par que el origen de la religión. En el momento en que el hombre comienza a preocuparse por aspectos más allá de la vida en la tierra y de conceptos como el bien y el mal podemos pensar en que traslade parte de sus rituales a sus actividades cotidianas, como lo era la guerra en esos tiempos. Dotada la guerra de cierto misticismo podemos pasar al siguiente punto.

 

No cualquier persona que sabe pelear es un artista marcial.

 

Este es un argumento que se utiliza mucho para definir a las artes marciales, pues en general se tiene la idea de que enseñar un arte marcial no es tan solo enseñar a pelear, esto da pie a otra reflexión interesante, como hemos visto en puntos anteriores. El hombre pelea prácticamente desde su origen sin embargo es muy poco probable que grupos de cazadores-recolectores tuvieran miembros especializados en la guerra o soldados o artistas marciales. Las sociedades de cazadores-recolectores son en igualitarias, la especialización del trabajo surgió tiempo después, con el sedentarismo. Entonces, quizá en un principio hubiera una guerra ritualizada pero todavía no era una actividad exclusiva de ciertos individuos y es difícil imaginar cierta especialización en las armas cuando la prioridad era conseguir comida. Podemos imaginar el origen de la milicia paralelo al origen de algo que defender (territorio y excedentes alimenticios probablemente), así que es probable que esto ocurriera hasta que hubo sociedades sedentarias. La existencia de personas dedicadas en exclusiva a las artes marciales también hace posible la existencia de “códigos de comportamiento” exclusivos de los miembros del ejercito y también de ciertos métodos u orientación “educativa” que preparara a los soldados para optimizar su eficiencia en el combate.

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